martes, 27 de marzo de 2012

"Passolini" de Davide Toffolo

"Passolini" es una novela gráfica realizada con un trazo fino, escueto y en blanco y negro, con un Pasolini que entre sueño y realidad vuelve al día a día de hoy, porque Davide Toffolo, dibujante, escritor, músico y 'performer' se lo ha encontrado en un "chat" en Internet, y establecen con él una serie de citas. Toffolo, en el mes en que Pasolini hubiera cumplido 90 años -esto es, el pasado 2 de noviembre-, realiza un minucioso trabajo de documentación a través de todas las entrevistas, citas y declaraciones del intelectual, sobre la sociedad, la cultura, el arte, la burguesía, la homosexualidad e incluso sobre su sórdida muerte.

El autor de "Chicos del arroyo" o de "Una vida violenta" apareció muerto, golpeado y atropellado, el dos de noviembre de 1975 en un descampado cercano al mar de la ciudad de Ostia, no lejos de Roma, una muerte a la que precedieron muchos ataques de "homófobos o fascistas", como afirmaron los abogados de la familia del artista.

A caballo entre el diario y el reportaje, Toffolo entabla una larga conversación con Pasolini en la que el autor de películas tan emblemáticas como "Teorema", "El Decameron" o "Saló o los 120 días de Sodoma", dice que "el único sentido posible" de la vida es "un sentido existencialista, la necesidad de expresarse, lo mismo que se tiene la de comer, de dormir, de existir, ese es el sentido". "Como ha podido comprobar -continúa-, la historia de mi vida es la historia de mis libros...", añade.

Contestatario y crítico, intelectual incómodo y siempre en guerra con la cultura burguesa, Pasolini va tirando del hilo de su sentir y su pensamiento y de lo que es la base de toda su poesía: "La burguesía neocapitalista -dice- siempre consigue de alguna manera eliminar de entre sus hijos a los que ni son obedientes ni desobedientes. El orden exige la obediencia total".
 
Poeta por encima de todo, Pasolini nació en Bolonia, el 5 de marzo de 1922. Hijo de un conde arruinado, desde niño optó por vivir con su madre ante las desavenencias de sus padres, y desde muy joven se sintió escritor, pero luego dijo sentirse cineasta por el uso que hace la imagen de la realidad.
"La pasión que había tomado forma de literatura, se había despojado del amor por la literatura, convirtiéndose en lo que de verdad era, es decir, una pasión por la vida, por la realidad. Y así elegí ser cineasta", explica el intelectual italiano, que desmiente que tuviera tres ídolos, Jesucristo, Freud y Marx, como se le achacaba: "Mi único ídolo es la realidad".
Este libro también incluye el texto del Partido Comunista Italiano redactado el 29 de octubre de 1949 en el que se comunica al poeta la expulsión del partido "por indecencia moral".
"Nos basamos -dice la nota- en los hechos que han determinado una sanción disciplinaria al poeta Pasolini para denunciar una vez más las deletéreas influencias de determinadas corrientes ideológicas y filosóficas de gente como Gide, Sartre y otros poetas y literatos igualmente ensalzados..."

El escritor italiano concluye, en este libro-viaje, dejando un mensaje de debate tremendamente actual. "La burguesía reduce todo a mercado. La poesía, en cambio, no es mercancía porque no se puede consumir. Es hora de decirlo: el hecho de comparar la obra con un producto y a sus destinatarios con consumidores puede ser una metáfora divertida y graciosa, pero nada más...".

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