"Passolini" es una novela gráfica realizada con un trazo fino,
escueto y en blanco y negro, con un Pasolini que entre sueño y realidad
vuelve al día a día de hoy, porque Davide Toffolo, dibujante, escritor, músico y 'performer' se lo ha encontrado en un
"chat" en Internet, y establecen con él una serie de citas. Toffolo, en el mes en que Pasolini hubiera cumplido 90 años -esto es,
el pasado 2 de noviembre-, realiza un minucioso trabajo de
documentación a través de todas las entrevistas, citas y declaraciones
del intelectual, sobre la sociedad, la cultura, el arte, la burguesía,
la homosexualidad e incluso sobre su sórdida muerte.
El autor de "Chicos del arroyo" o de "Una vida violenta" apareció
muerto, golpeado y atropellado, el dos de noviembre de 1975 en un
descampado cercano al mar de la ciudad de Ostia, no lejos de Roma, una
muerte a la que precedieron muchos ataques de "homófobos o fascistas",
como afirmaron los abogados de la familia del artista.
A caballo entre el diario y el reportaje, Toffolo entabla una larga
conversación con Pasolini en la que el autor de películas tan
emblemáticas como "Teorema", "El Decameron" o "Saló o los 120 días de
Sodoma", dice que "el único sentido posible" de la vida es "un sentido
existencialista, la necesidad de expresarse, lo mismo que se tiene la de
comer, de dormir, de existir, ese es el sentido". "Como ha podido comprobar -continúa-, la historia de mi vida es la historia de mis libros...", añade.
Contestatario y crítico, intelectual incómodo y siempre en guerra con
la cultura burguesa, Pasolini va tirando del hilo de su sentir y su
pensamiento y de lo que es la base de toda su poesía: "La burguesía
neocapitalista -dice- siempre consigue de alguna manera eliminar de
entre sus hijos a los que ni son obedientes ni desobedientes. El orden
exige la obediencia total".
Poeta por encima de todo, Pasolini nació en Bolonia, el 5 de marzo de
1922. Hijo de un conde arruinado, desde niño optó por vivir con su
madre ante las desavenencias de sus padres, y desde muy joven se sintió
escritor, pero luego dijo sentirse cineasta por el uso que hace la
imagen de la realidad.
"La pasión que había tomado forma de literatura, se había despojado
del amor por la literatura, convirtiéndose en lo que de verdad era, es
decir, una pasión por la vida, por la realidad. Y así elegí ser
cineasta", explica el intelectual italiano, que desmiente que tuviera
tres ídolos, Jesucristo, Freud y Marx, como se le achacaba: "Mi único
ídolo es la realidad".
Este libro también incluye el texto del Partido Comunista Italiano
redactado el 29 de octubre de 1949 en el que se comunica al poeta la
expulsión del partido "por indecencia moral".
"Nos basamos -dice la nota- en los hechos que han determinado una
sanción disciplinaria al poeta Pasolini para denunciar una vez más las
deletéreas influencias de determinadas corrientes ideológicas y
filosóficas de gente como Gide, Sartre y otros poetas y literatos
igualmente ensalzados..."
El escritor italiano concluye, en este libro-viaje, dejando un
mensaje de debate tremendamente actual. "La burguesía reduce todo a
mercado. La poesía, en cambio, no es mercancía porque no se puede
consumir. Es hora de decirlo: el hecho de comparar la obra con un
producto y a sus destinatarios con consumidores puede ser una metáfora
divertida y graciosa, pero nada más...".
No hay comentarios:
Publicar un comentario