El historietista Paco Alcázar se ríe con "maldad" del
cine actual y de la industria "hollywoodiense" en su cómic "La industria
de los sueños", un tomo que recopila 50 entregas de una tira cómica
sobre actualidad cinematográfica, que el autor publica en la revista
Cinemanía desde el año 2007.
Lanzado por la editorial de cómics de humor ¡Caramba!, a lo largo de
sus 153 páginas, esta obra muestra "los aspectos más sucios" de la
industria cinematográfica estadounidense, según su autor, en lo que
supone una ácida mirada a "la decadencia que Hollywood lleva
experimentando en los últimos años".
"Las películas comerciales, los blockbusters que llegan a los cines,
tienen un listón de calidad que va bajando más y más, con filmes que
parecen enfocados a un público cada vez más infantil", lamenta el autor. El tomo es una "recopilación de comentarios malvados", no
obstante, intenta no sobrepasarse "en exceso" con los que admira ni con
los que detesta y no sólo se
atiende a Hollywood sino que también se mira, pero en
menor medida, a otros terrenos como el cine español o la escena
independiente.
De este modo, realizadores tan dispares como Álex de la Iglesia, Wes
Anderson, Isabel Coixet o George Lucas, y las últimas películas de
animación por ordenador, como las realizadas por Pixar, son víctimas del
sarcasmo de este historietista.
"Cinemanía es una revista cuyo contenido es cine comercial en un 90
%", explica el autor, y, por ello, se centró especialmente en películas
de Hollywood, porque pensaba que "eso era lo que más le podía interesar
al lector".
Sin embargo, "no es fácil identificar al público que te va a leer",
matiza Alcázar, para añadir que cuando "haces chistes uno desconoce si
se está pasando de 'friqui' o está generalizando demasiado, y es que es
difícil saber dónde está el término medio de todos los aficionados al
cine". De todas formas, lo que sí está claro, señala el autor, es que "para
entender las tiras hace falta ser cinéfilo, aunque no de una manera muy
especializada, ya que se evitan nombres muy minoritarios, porque el
objetivo es hacer reír al máximo número posible de personas".
En este sentido, Alcázar no quería un trabajo "muy personal, sino
sobre lugares comunes", pero conforme la tira fue avanzando, se percató
de que "eso era imposible", y al final el cómic, inevitablemente,
refleja sus inquietudes cinematográficas y es un retrato suyo como
espectador de cine.
El autor no se considera un "cinéfilo en profundidad", sino un
"espectador habitual pero con muchísimas lagunas", de las que fue
consciente mientras preparaba el cómic.
Por tanto, "La industria de los sueños" refleja las preferencias de
su autor, quien admite su predilección por autores como David Lynch,
David Cronenberg, los hermanos Coen y otros realizadores que, aunque
afincados en Hollywood, representan la escena más alternativa de la meca
del cine.
En este sentido, en su ya dilatada carrera en el cómic, con obras tan
populares como "Silvio José, el buen parásito", el autor cree que "el
cine y la televisión han sido más influyentes" que el cómic y rememora
la serie televisiva de culto "Búscate la vida".
Debido a su original pero poco definido estilo de dibujo, Alcázar
reconoce dificultades a la hora de representar físicamente a las
distintas celebridades que discurren por el libro. Así, cuenta que las
pasó "canutas" para dibujar, por ejemplo, a un actor como Eddie Murphy,
del que incluso se vio necesitado de calcar una fotografía.
Y aún usando esa técnica, no cree haber logrado similitudes entre sus
caricaturas y la persona real, y opina que "si el lector es capaz de
reconocer a las distintas personalidades, es porque van acompañadas por
su nombre".
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