La escritora francesa Hélène Gremillon ha irrumpido en
las letras galas con fuerza con su primera novela, "El confidente", un
superventas que sobre el paisaje histórico de la Francia ocupada de la
Segunda Guerra Mundial construye "una novela negra romántica".
Jugando con dos planos temporales, "El confidente" (Grijalbo) parte
de una editora, Camille, quien en el París de 1975 acaba de descubrir
que está embarazada y poco después de comunicárselo a su madre, esta
fallece en un accidente de tráfico.
Entre las cartas de pésame que recibe, una, anónima y sin remitente,
llama poderosamente su atención: parece un fragmento del diario de
alguien llamado Louis, la primera de una serie de cartas que va
recibiendo que le cuentan la apasionante historia de dos mujeres
ocurrida cuarenta años atrás.
Hasta escribir esta primera novela, Gremillon trabajó en la
prestigiosa editorial Gallimard y en la empresa de comunicación
Publicis, pero siempre se había sentido atraída por la escritura. Buscó empleos que le dieran más seguridad, pero en uno de sus
cumpleaños se dio un ultimátum. Quiso escribir sobre un conflicto entre dos mujeres y a partir de esas premisas, la joven autora se puso a escribir una
historia de amor desde diversos puntos de vista y que la información
fuera compartida por todas esas personas y al final fuera conocida toda
la verdad.
Lo primero que escribió fue una carta y eso determinó el estilo narrativo epistolar de "El confidente".
Camille fue el personaje más fácil de escribir por Gremillon,
ya que según ella "habla como lo hago yo", en cambio los otros personajes
requirieron un esfuerzo estilístico suplementario: "Annie habla con
frases cortas y palabras simples; la señora M, con palabras más
complicadas, frases con relativos, grandes ideas, muchas
elucubraciones".
El éxito que ha tenido la novela en Francia -recibió varios premios y
ha sido finalista del Premio de los Libreros en Francia- representa
"todo" para la autora, porque se lo había jugado todo a una carta. "Si
la novela no hubiera funcionado, habría tenido una sensación de fracaso
muy grande", confiesa.
Sin embargo, ya está percibiendo que, como le comentó un conocido
autor francés no hace mucho, "la segunda será más difícil, y es algo
inexplicable".
Su próximo libro, espera que sea una
"novela negra de amor", "muy diferente de la primera, que estará
ambientada en la dictadura argentina".
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