Si nos situamos en su contexto histórico; Pio Baroja fue testigo de la crisis española de finales del siglo XIX- cuando España pierde sus últimas colonias en manos de EE.UU-, y es a través de unos personajes perfectamente definidos que nos transmite su gran preocupación por España y el hombre de su tierra. Es el reflejo de una época de desamparo, de monotonía y hastío que no vislumbra,ni de lejos, la esperanza.
En estos cuentos se hace visible también el existencialismo, característica importante que marca la filosofía de los escritores del 98 y donde Pio Baroja nos muestra toda su esencia: su hondo pesimismo, su falta de fe en el ser humano y esa sensación de que el hombre está abandonado a su propia suerte. Sin embargo, hay tres cuentos "Coles de cementerio", "Lecochandegui, el jovial" o "El charcutero" que destacan por su vitalismo.
Todos y cada uno de sus cuentos transmiten una energía distinta, cuyo mayor atributo es esa sencillez que los hace vibrar de forma muy especial.
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