Considerado por T.S.Eliot el mejor poeta en lengua inglesa en los años veinte, la controvertida figura del sudafricano Roy Campbell,
con una vida de leyenda, ha estado siempre en la sombra por su vínculos
políticos y religiosos. Una biografía escrita por Joseph Pearce arroja
ahora luz sobre su vida y su obra.
"España salvó mi alma" es el título de la biografía que acaba de
aparecer en castellano, editada por Libros Libres; un volumen en el que
su autor, el profesor de Literatura inglesa Joseph Pearce, ha invertido
años de investigación con el fin de que, explica él mismo a Efe, se
levante ese manto de silencio que tan injustamente se dejó caer sobre
este poeta iconoclasta.
Roy Campbell estuvo
vinculado en su juventud al círculo de Bloomsbury de Virginia Woolf, un
movimiento del que le alejaron y se alejó por sus convicciones
religiosas, que ya plasmó en uno de sus primeros y célebres poemas, "The
flaming terrapin" (El galápago llameante).
"En 1930 publicó una obra muy satírica, 'The Georgiad', en la que
atacaba muy enfáticamente al grupo de Bloomsbury. Después de ese ataque a
este grupo, que tenía mucho poder en las editoriales y los medios de
comunicación, hubo una especie de consigna para silenciar su obra, y ahí
empezó su mutismo", argumenta Pearce.
No obstante, después comenzó una trayectoria vital imparable. Se
trasladó con su mujer, Mary Campbell, a España en 1935. Vivió en Altea
(Alicante), donde ambos se convirtieron al catolicismo "al enamorarse de
la liturgia en España".
Luego se fueron a Toledo, cuando estalló la guerra civil y se
pusieron al lado de los nacionales -"al ver cómo algunos de los
participantes en las milicias comunistas habían matado a varios
sacerdotes amigos, explica el biógrafo- y fue precisamente en la capital
manchega donde comienza uno de los episodios claves en la vida de
Campell.
Y es que la orden de los carmelitas descalzos, de cuyo miembros los
Campbell se hicieron muy amigos -incluso llegaron a esconder a muchos de
los religiosos perseguidos-, le encargaron que custodiara todos los
manuscritos de san Juan de la Cruz, escondidos en un baúl para que no
pudieran ser dañados o perdidos en la contienda.
Tras varias peripecias, Campbell y su mujer volvieron, primero, a
Madrid y luego al consulado británico de Valencia, ciudad desde la que
salieron otra vez para el Reino Unido. El poeta regresó solo otra vez a
Toledo como periodista, con un pase especial, y pudo confirmar que los
manuscritos de san Juan de la Cruz y el baúl estaban tal y como los
había dejado. De este periodo es su poemario "Los carmelitas de Toledo".
A partir de ese momento, Roy Campbell se hizo la promesa de traducir
al inglés toda la obra de san Juan de la Cruz, "una de las mejores
traducciones todavía no igualada por nadie", en opinión de Pearce.
El poeta, autor de más de veinticinco libros, murió en un accidente
de tráfico en Portugal en 1957, cuando iba a la Semana Santa sevillana.
Campbell, en palabras de su biógrafo, es "uno de los escritores
"conversos más fascinantes, al igual que Chesterton o Tolkien. Este
último se inspiró precisamente en él para la construcción de uno de los
personajes más importantes de "El señor de los anillos", Aragorn.
"Se creó muchos enemigos y su obra fue saboteada. Se enfrentó con
coraje a todo lo que estaba considerado políticamente correcto, y luchó
contra todos los totalitarismos, tanto contra el comunismo como contra
el nazismo. Tuvo una personalidad mucho más grande que su corta vida,
que reunía todo irónicamente hablando: era antitotalitario, vegetariano,
abstemio y un gran poeta", concluye Joseph Pearce.
No hay comentarios:
Publicar un comentario