sábado, 17 de enero de 2015
Un mini cuento de sábado...
He permanecido en aquel bar, donde las noches y los días parecían no terminar nunca. Quizá porque eran los mismos, noches que se convertían en días y días que terminaban en noches, y todas eran iguales. Creo que nunca llegamos a bailar, y que si lo hubiéramos hecho, nos hubiéramos pisado los pies. Al principio era bonito, cuando tu sonreías y la luz tenue nos permitía juntarnos. Luego lo mismo que nos acercaba terminó por separarnos. Ojalá no lo hubiera hecho nunca, no, lo de separarnos, porque ahora mismo no tendría que echarte de menos. Aún no se bien lo que fue, ni porqué nos separamos. Se que lo hace el tiempo a menudo, sin razones, a veces. Igual fue tu sonrisa, que entonces ya no sonreías y terminaste por quitármela a mi. Me pregunto que hubiera pasado si ahora estuviéramos juntos, quizá estaríamos casados y con dos hijos , viviendo infelices como la mayoría. Intentando llenar esos malditos huecos que no se llenan nunca, como ahora. Pero he permanecido en el bar, rellenando aquella copa que un día compartimos los dos, no puedo verla vacía, porque me recordaría demasiado a mi mismo, y porque significaría que te habría perdido del todo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario