De vez en cuando hace falta desconectar, alejarse de la rutina y la monotonía que invade nuestras vidas, desprenderse de la carga que llevamos en la espalda y coger aire. Amanecer en una nueva cama, con un paisaje distinto, perderse entre callejones desconocidos, ver otras formas de vida, de lengua y de cultura. No me había percatado, hasta hace muy poco, de la importancia que tiene el hecho de viajar y de la suerte que tenemos aquellos que podemos hacerlo.
Estos últimos años han sido muy intensos, me he hartado de viajar, de hacer y deshacer equipajes, de cambiar de ciudad y de país, pero ha merecido la pena sabiendo que en todos esos lugares he ido dejando una parte de mi. Es increíble lo que te abre la mente el hecho de residir en un país en el que eres totalmente un extraño. Te vuelves más humilde, tus prejuicios se desvanecen. Si la gente viajara más y tuviera la oportunidad de tener esa experiencia doy por seguro que se extinguirían los nacionalismos. Que la gente lo vería como yo los veo ahora: actos de egoísmo y de insolidaridad, de personas que no han sido capaces de abrir su mente, de ponerse en la piel del otro, de reflexionar. Viajar nos hace crecer y nos vuelve más tolerantes, aprendemos a valorar lo que tenemos, pero no de forma egoísta. Que no importa de donde seas sino donde quieres estar y lo que estás dispuesto a aportar en el sitio en el que elijas. Y que por ello nadie merece el desprecio de los demás. Una cosa tan sencilla como esa y que aún haya gente que no entienda algo tan elemental y tan básico. Cuanto menos te mueves de un lugar más cerrado e insolidario te vuelves y al revés.
Pero leer es también es una forma de viajar. Una manera más fácil de poder perdernos por nuevas calles y paisajes, de vernos en la piel de otros, de conocer otras formas de vida e incluso de poder conocer épocas distintas. De vivir aventuras, incertidumbres y sorpresas. Leer y viajar se parecen más de lo que creemos, porque también las dos son formas de crecer, de quitarnos esa venda de la que tanto pecamos: la ignorancia infinita.
miércoles, 28 de enero de 2015
lunes, 19 de enero de 2015
"Las uvas de la ira" de John Steinbeck
Tras el crack de 1929, época de la Gran Depresión, y debido a las tormentas de polvo y la sequía que destrozó los campos de cultivo y la posterior expropiación por los bancos de estas tierras, millones de familias de Oklahoma Kansas y Tejas, conocidos como okies, se vieron condenadas a la más baja miseria. Por ello decidieron emigrar, con una mano delante y otra detrás, a la "tierra prometida" de California, donde, supuestamente, había trabajo y oportunidades para todos.
En este contexto, John Steinbeck narra la historia de una familia, los Joad, que se ven condenados a emigrar para poder sobrevivir. Así, resignados y sin poder hacer otra cosa que seguir luchando por encontrar trabajo y una vida digna, se montan en una vieja camioneta y emprenden un viaje lleno de esperanza. Pero en California no hay lo que esperan encontrar: deberán soportar condiciones infrahumanas de vida, odio y marginación, salarios pésimos que apenas les dará para comer, humillación y maltrato por parte de la policía y los nativos de California, que verán en ellos a un enemigo, un ser inferior, alguien que les quita el trabajo y con ello impregnarán de miedo a los demás; es el miedo y el desprecio a lo desconocido, al de fuera, al extranjero, aunque éste sea honrado y trabajador. El egoísmo en su más pura esencia.
Nada más lejos de la realidad, Las uvas de la ira es un libro increíble, duro, porque nos muestra la severidad de actos que siempre son los mismos: el despotismo de los terratenientes, que ante la llegada de tantos inmigrantes, establecen sueldos míseros a los trabajadores por el mero hecho de que están desesperados por alimentar a sus familias, porque si no lo hace uno, lo hará el otro, y el que se queje morirá de hambre. Hechos como el desprecio de la policía, que les humillarán y no tendrán piedad a la hora de maltratarles, deternerles o incluso matarles sin ningún motivo más que el de su falsa superioridad. Hechos como el miedo y el desprecio por parte de los nativos, también creyéndose seres superiores por el mero hecho de haber nacido en el país. De esta manera, la familia Joad tendrá que enfrentarse a todo ello, al hambre, a la miseria, a la muerte, a los desprecios y humillaciones, siendo una familia trabajadora y de buen corazón, y nos darán una lección de humildad, de fuerza, de coraje, y de amor. Un claro ejemplo de la lucha por la supervivencia, de hasta donde es capaz de llegar el ser humano para mantenerse a flote y sobrevivir.
Para mi es un libro de lectura obligatoria, porque sigue siendo un tema actual, porque es un canto a la esperanza y a los más altos valores humanos; porque te hace darte cuenta de que no todo el mundo ha nacido con la fortuna de poder vivir en un primer mundo, donde las necesidades vitales están cubiertas y se puede vivir con dignidad. Porque te pone en la piel de aquellos que no han tenido esa suerte y tienen que dejarlo todo en pos de ese sueño , de esa vida decente y esa consideración que todo ser humano se merece. Porque todo el mundo debe luchar por una vida mejor, sea donde sea, donde uno quiera y elija sin tener que soportar el desprecio, la superioridad y la humillación de ningún otro.
En este contexto, John Steinbeck narra la historia de una familia, los Joad, que se ven condenados a emigrar para poder sobrevivir. Así, resignados y sin poder hacer otra cosa que seguir luchando por encontrar trabajo y una vida digna, se montan en una vieja camioneta y emprenden un viaje lleno de esperanza. Pero en California no hay lo que esperan encontrar: deberán soportar condiciones infrahumanas de vida, odio y marginación, salarios pésimos que apenas les dará para comer, humillación y maltrato por parte de la policía y los nativos de California, que verán en ellos a un enemigo, un ser inferior, alguien que les quita el trabajo y con ello impregnarán de miedo a los demás; es el miedo y el desprecio a lo desconocido, al de fuera, al extranjero, aunque éste sea honrado y trabajador. El egoísmo en su más pura esencia.
Nada más lejos de la realidad, Las uvas de la ira es un libro increíble, duro, porque nos muestra la severidad de actos que siempre son los mismos: el despotismo de los terratenientes, que ante la llegada de tantos inmigrantes, establecen sueldos míseros a los trabajadores por el mero hecho de que están desesperados por alimentar a sus familias, porque si no lo hace uno, lo hará el otro, y el que se queje morirá de hambre. Hechos como el desprecio de la policía, que les humillarán y no tendrán piedad a la hora de maltratarles, deternerles o incluso matarles sin ningún motivo más que el de su falsa superioridad. Hechos como el miedo y el desprecio por parte de los nativos, también creyéndose seres superiores por el mero hecho de haber nacido en el país. De esta manera, la familia Joad tendrá que enfrentarse a todo ello, al hambre, a la miseria, a la muerte, a los desprecios y humillaciones, siendo una familia trabajadora y de buen corazón, y nos darán una lección de humildad, de fuerza, de coraje, y de amor. Un claro ejemplo de la lucha por la supervivencia, de hasta donde es capaz de llegar el ser humano para mantenerse a flote y sobrevivir.
Para mi es un libro de lectura obligatoria, porque sigue siendo un tema actual, porque es un canto a la esperanza y a los más altos valores humanos; porque te hace darte cuenta de que no todo el mundo ha nacido con la fortuna de poder vivir en un primer mundo, donde las necesidades vitales están cubiertas y se puede vivir con dignidad. Porque te pone en la piel de aquellos que no han tenido esa suerte y tienen que dejarlo todo en pos de ese sueño , de esa vida decente y esa consideración que todo ser humano se merece. Porque todo el mundo debe luchar por una vida mejor, sea donde sea, donde uno quiera y elija sin tener que soportar el desprecio, la superioridad y la humillación de ningún otro.
sábado, 17 de enero de 2015
Un mini cuento de sábado...
He permanecido en aquel bar, donde las noches y los días parecían no terminar nunca. Quizá porque eran los mismos, noches que se convertían en días y días que terminaban en noches, y todas eran iguales. Creo que nunca llegamos a bailar, y que si lo hubiéramos hecho, nos hubiéramos pisado los pies. Al principio era bonito, cuando tu sonreías y la luz tenue nos permitía juntarnos. Luego lo mismo que nos acercaba terminó por separarnos. Ojalá no lo hubiera hecho nunca, no, lo de separarnos, porque ahora mismo no tendría que echarte de menos. Aún no se bien lo que fue, ni porqué nos separamos. Se que lo hace el tiempo a menudo, sin razones, a veces. Igual fue tu sonrisa, que entonces ya no sonreías y terminaste por quitármela a mi. Me pregunto que hubiera pasado si ahora estuviéramos juntos, quizá estaríamos casados y con dos hijos , viviendo infelices como la mayoría. Intentando llenar esos malditos huecos que no se llenan nunca, como ahora. Pero he permanecido en el bar, rellenando aquella copa que un día compartimos los dos, no puedo verla vacía, porque me recordaría demasiado a mi mismo, y porque significaría que te habría perdido del todo.
viernes, 16 de enero de 2015
Don Quijote a sus 410 años aún joven y vigoroso (Mi artículo en Sierra Norte Digital)
La primera parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha cumple hoy 410 años, publicada a comienzos de1605, es una de las obras más destacadas de nuestra literatura y también, y por desgracia, una de las cada vez más olvidadas. Es por ello que nuestro caballero, representante y defensor de la justicia, el amor, la bondad, el idealismo y la libertad, merece un reconocimiento especial.
En esta primera parte encontramos 52 capítulos llenos de sátira, humor, tristeza y desengaño, en la que un hidalgo pobre que lee libros de caballerías se cree un caballero medieval y decide ir en busca de aventuras por nuestras queridas tierras de Castilla La Mancha siguiendo los pasos de lo que ve en los libros de caballerías. De esta manera se cambiará el nombre -Alonso Quijano- por Don Quijote de la Mancha, bautizando a su caballo como Rocinante y enamorándose de una tabernera –Aldonza Lorenzo- a la que llamará Dulcinea. Nuestro caballero vivirá todo tipo de aventuras, tanto trágicas como cómicas, en su sumo idealismo intentando ayudar a los más desfavorecidos. No olvidemos el segundo personaje más importante, al que elige como su escudero -Sancho Panza- quien le acompañará en sus delirios pero acercándole de vez en cuando a la triste realidad.
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha es un libro lleno de humor, de idealismo, que burla y rompe con las novelas clásicas de caballerías, una obra trascendental y única traducida a casi un centenar de lenguas, ha sido seleccionada como la mejor obra literaria de la historia.
Desgraciadamente y como dije al principio del artículo, nuestro Don Quijote está pasando al olvido, es por eso que no podía terminar sin hacer una mención especial a Pérez Reverte, que en su afán de recuperar la más importante literatura para acercarla a los escolares, la ha adaptado para hacerla más fácil y atractiva para ellos. Porque a pesar de lo que se piense, Don Quijote no envejece, porque nos vuelve a enseñar y a recordar muchos valores: el valor de la amistad, por lo que representa Sancho. El valor del heroísmo, de la valentía, de la superación personal y del amor, lejos de apariencias físicas y superficiales. El valor del idealismo, de intentar hacer el bien, de actuar al margen de las opiniones de los demás cuando crees que haces lo justo, de la inocencia que viene de la mano con la verdadera bondad que a muchos nos falta en demasiadas ocasiones.
Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobre todo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia donde quiera que estén.
Publicado en el periodico Sierra Norte Digital. Pincha aquí para ver el enlace
miércoles, 14 de enero de 2015
"Un mundo feliz" de Aldous Huxley
De vez en cuando hace falta retomar los clásicos, al fin y al cabo, y diga la gente lo que diga, es literatura que nunca envejece. Este libro, en particular, se acerca más a nuestra sociedad actual que en el momento en el que fue escrito. Aunque está ambientado en una época ficticia en Inglaterra, me ha parecido el paradigma de la sociedad moderna. Nuestros protagonistas viven en un mundo donde han sido científicamente creados en probetas, con una baja inteligencia, y ya "condicionados" a trabajar en producción y a "ser felices" con la existencia que les ha tocado, donde no importan ni la libertad, ni el individuo, sino sólo la eficiencia, la productividad y el pertenecer a todos sin exclusividad. Es por ello que en ese mundo no existen las pasiones ni el amor, ni siquiera los sentimientos más vitales. Todo el mundo pertenece a todo el mundo, y predomina el sexo sin amor y las cosas materiales. De pequeños ya les programan para que odien los libros y la naturaleza, porque no quieren que piensen por sí mismos y porque, la lectura y la naturaleza, son hábitos que no pertenecen al consumismo. Para tenerlos más sumisos y controlados, el gobierno les proporciona una droga, el "soma", de manera que cuando la toman no sienten ni se preocupan por nada.
La historia parte de dos personajes principales: Bernard y Lenina que marcarán las diferencias de dos pensamientos contrapuestos; Lenina representa "el mundo feliz" , es promiscua y toma la droga de la felicidad a todas horas, no piensa por si misma sino que se dedica a repetir los tópicos que les han inculcado desde su creación. Por otro lado, Bernard es todo lo contrario, se cuestiona ese mundo y decide explorar más allá de lo que se les ha impuesto. Lenina le acompañará en ese viaje de búsqueda, y descubrirán juntos el mundo "salvaje", donde conocerán a John, un personaje que se ha criado con los indios y les mostrará qué es el amor y los sentimientos, el tener el cariño de una madre, los libros y lo que se esconde detrás de ellos, y en general la humanidad de la que ellos tanto se escandalizan.
John es trasladado al mundo "civilizado", y es donde nos damos cuenta de qué ocurre con aquella persona que vive fuera del pensamiento establecido, siendo objeto de experimento, de risa y burla, se condena a la marginalidad y al ostracismo, con un final trágicamente sorprendente.
Puede que el autor, al igual que George Orwell con "1984", no estuviera tan lejos de la realidad cuando lo escribió. Puede que nuestro "mundo civilizado" no sea tan civilizado como parece, si no más bien una condena a la libertad, al pensamiento, a los valores, una deriva hacia el consumismo y a olvidar los verdaderos placeres de la vida, que no son el ocio ni la diversión, sino el amor, los sentimientos, la pasión, el dolor que irremediablemente encontramos en la vida y que nos hace valorar lo que tenemos, encontrar esa felicidad que no se encuentra fuera, ni en las cosas, sino dentro de uno mismo. Esas cosas que nos hacen sentirnos vivos, lejos de cualquier imposición materialista.
La historia parte de dos personajes principales: Bernard y Lenina que marcarán las diferencias de dos pensamientos contrapuestos; Lenina representa "el mundo feliz" , es promiscua y toma la droga de la felicidad a todas horas, no piensa por si misma sino que se dedica a repetir los tópicos que les han inculcado desde su creación. Por otro lado, Bernard es todo lo contrario, se cuestiona ese mundo y decide explorar más allá de lo que se les ha impuesto. Lenina le acompañará en ese viaje de búsqueda, y descubrirán juntos el mundo "salvaje", donde conocerán a John, un personaje que se ha criado con los indios y les mostrará qué es el amor y los sentimientos, el tener el cariño de una madre, los libros y lo que se esconde detrás de ellos, y en general la humanidad de la que ellos tanto se escandalizan.
John es trasladado al mundo "civilizado", y es donde nos damos cuenta de qué ocurre con aquella persona que vive fuera del pensamiento establecido, siendo objeto de experimento, de risa y burla, se condena a la marginalidad y al ostracismo, con un final trágicamente sorprendente.
Puede que el autor, al igual que George Orwell con "1984", no estuviera tan lejos de la realidad cuando lo escribió. Puede que nuestro "mundo civilizado" no sea tan civilizado como parece, si no más bien una condena a la libertad, al pensamiento, a los valores, una deriva hacia el consumismo y a olvidar los verdaderos placeres de la vida, que no son el ocio ni la diversión, sino el amor, los sentimientos, la pasión, el dolor que irremediablemente encontramos en la vida y que nos hace valorar lo que tenemos, encontrar esa felicidad que no se encuentra fuera, ni en las cosas, sino dentro de uno mismo. Esas cosas que nos hacen sentirnos vivos, lejos de cualquier imposición materialista.
miércoles, 7 de enero de 2015
Libros en peligro de extinción
Contemplo con tristeza que se ha perdido el hábito de la lectura. En los autobuses, el metro, el tren, en las salas de espera de médicos y hospitales, la gente está absorbida por los móviles o las tablets. Ya nadie, o casi nadie, pasa el tiempo con un libro entre sus manos. Me decepciono más aún cuando contemplo las caras de algunos niños, adolescentes o adultos a quienes regalas un libro. Una cara entre extrañeza, decepción y asco, cuando a mi es uno de los mejores regalos que me pueden hacer. Desde pequeña me emociono cuando me regalan un libro. Sea de lo que sea, siempre me hace ilusión. Hemos llegado a tal punto que parece que quieres o valoras más a alguien cuanto más caro es el regalo que le haces. Y si no, quedas mal. Esta es la sociedad de consumo que hemos alcanzado y de la que somos cómplices. Hemos cambiado los libros por la vacuidad de la electrónica, de los ordenadores, las videoconsolas o las redes sociales. La vida era más bonita cuando podías disfrutar de los sueños y las historias de unos personajes que de los cotilleos y los postureos de los demás. También hemos erradicado por completo el significado de los libros cambiándolos por formatos electrónicos. Para mi una traición a los libros y a su espiritualidad. Me encanta el olor a libro nuevo, poder ojearlo antes de comprármelo y pasar sus páginas y subrayar aquello que me gusta: una reflexión, una frase. Me encanta pasear por una biblioteca o una librería buscando aquél libro que me llame y hacerlo mío por unas horas. Hace poco que vengo organizando un club de lectura y me sorprende que los "amantes de los libros" pidan el libro en PDF para no tener que pagarlo o poderlo leer en su Ebook. Hemos terminado con muchas editoriales haciendo eso, impidiendo que la obra de autores que no corresponden a un modelo prefabricado de escritura puedan ver la luz del sol. Que solo triunfen las grandes editoriales con sus ya escritores famosos, que ya tienen su fama hecha y a veces poco merecida. Me di cuenta el tiempo que viví en Argentina de como la electrónica ha destrozado la cultura y también, por que no decirlo, un poco de humanidad. Allí te encuentras con librerías en cada esquina, la gente leyendo, incluso de pie, en el metro, en el tren y en cualquier rincón de una cafetería. Allí la electrónica es más cara y eso les ha salvado. Quizá las personas no vean un libro como yo lo veo, lleno de secretos, de emociones, de vidas, de momentos, lleno a veces de ti mismo donde puedas verte reflejado. Donde puedas descubrir y conocer nuevos rincones, trasladarte sin tener que gastar dinero a otro paisaje, a otro mundo, a ponerte en la piel de otros, a sentir. Pienso que leer es una de las pocas formas de ser libre.
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sábado, 3 de enero de 2015
MIS MEJORES LECTURAS DEL 2014
Este año confieso que no he leído mucho, o al menos, no tanto como me hubiera gustado. Ha sido para mí, un año lleno de felicidad: he hecho nuevas amistades, vivido en dos ciudades distintas, he corrido mi primera carrera de 10kms, he realizado la via ferrata de Centelles atravesando el puente tibetano más largo de Europa con una cuerda en los pies y otra en las manos, me he motivado con un nuevo deporte, el Jiu Jitsu, he subido al Peñalara, he descubierto nuevos sitios y rincones, sumando kms en coche, moto, bici y corriendo, me he sumido en un nuevo proyecto profesional, y lo mejor...he disfrutado de mi familia y concebido ese hijo que tanta ilusión nos hacía a mi marido y a mí. Entre medias, me ha dado tiempo a leer estos libros, de los cuales de algunos ya he hecho anteriormente una reseña:
Empecé el año leyendo "La frontera invisible" de Kilian Jornet, para mi uno de los deportistas más emblemáticos de los últimos tiempos al que admiro profundamente. No ya por su capacidad física y de resistencia, si no por su especial sintonía y espiritualidad con ese lugar que tanto me gusta: la montaña. El libro narra una expedición al Nepal, un relato mitad real mitad ficticio de como perdió y recuperó de nuevo la ilusión por hacer las cosas, de los sentimientos que te pasan por la cabeza cuando tu vida pende de un hilo, ahí en las alturas. Reconozco que no es un libro que interese a mucha gente porque únicamente los que hemos estado en lo alto de una montaña podemos llegar a comprender lo que se siente ahí arriba y durante el proceso que experimentas en el ascenso. Un libro que disfruté mucho y que ya queda entre uno de mis favoritos.
A la frontera invisible le siguió "Hacia el amanecer" de Michael Greenberg, la historia de un padre desesperado por el reciente "enloquecimiento" repentino de su hija. Sally, la protagonista, desencadena un trastorno maníaco depresivo o también llamado bipolar, y el padre no sabe cómo actuar. Lo deja en manos de profesionales y la internan mientras él no puede dejar de sentirse culpable y hacerse mil preguntas sin respuestas. Un libro que trata sobre las enfermedades mentales y lo que pueden llegar a sentir las personas que lo sufren y las que están a su lado, pero sobre todo un libro sobre la fuerza del amor entre un padre y una hija, lleno de esperanza, de aprendizaje y de superación.
Me gustó por la temática, ya que hay pocas novelas que traten sobre enfermedades mentales, pero me pareció vacío de contenido, con una prosa muy sencilla y poco literaria.
No podía faltar entre mis lecturas favoritas de este año el libro de nuestro amigo Kiko Mendez Monasterio, "Lo nuestro y lo triste", un libro de relatos cortos de los cuales no hay ninguno que no consiga estremecerme. Ya lo consiguió antes su novela "La calle de la luna", por su pulso poético, por todo lo que consigue transmitir con solo una frase en la que te deja desnudo ante ti mismo, con los sentimientos a flor de piel. Historias de amores imposibles, de vacíos, de ausencias, de humor se unen para no dejarte indiferente. Otro libro que permanece en mi estantería de libros favoritos y que no me cansaría nunca de volver a releer.
"A través del tiempo" también es un libro que me ha marcado y que me parece muy interesante. Lo leí a raíz de un curso de Hipnosis regresiva que hice en la escuela de Acupuntura en el cual aprendimos a relajar al paciente de forma que pudiera llegar a estados de conciencia que no alcanzamos en nuestro estado de conciencia normal. Pero mi experiencia y mi opinión sobre este esto es un tema aparte aquí. El caso es que este libro lo escribió un prestigioso psiquiatra estadounidense sobre su experiencia con pacientes con problemas mentales y emocionales agudos que lograron curarse a raíz de experiencias hipnóticas regresivas, esto es: trasladándose a estados de conciencia donde podían ver el pasado, en concreto a otras vidas, que había originado sus traumas más profundos, causantes de sus síntomas y enfermedades. Un tema tabú en nuestra sociedad, por el que puedes ser catalogado de loco y por ello este libro me parece un acto de valentía.
Otros libros que he leído han sido "El inimitable Jeeves" de P. G. Wodehouse, un libro lleno de humor y con el que puedes pasar un rato muy entretenido.
"Limpieza de Sangre" de Arturo Pérez Reverte, la segunda parte de las aventuras del Capitán Alatriste, que bien es sabido que nunca defrauda.
He releído "La sombra del viento" de Carlos Ruiz Zafón, que ya lo había leído hace años pero salió elegido en el club de lectura y volví a releerlo con ganas. Me encanta Ruiz Zafón, su prosa emotiva y sus historias siempre tan bien narradas consiguen perderme por mi querida Barcelona natal en un halo de nostalgia.
También los clásicos "Ojos verdes y otras leyendas" de Bécquer, "La gitanilla" de Miguel de Cervantes y "Lady Susan" de Jane Austen de los cuales ya escribí su reseña en este mismo blog y no los disfruté demasiado a pesar de ser clásicos que considero imprescindibles. Esas han sido mis lecturas del 2014, Y vosotros, ¿sois capaces de hacer vuestra selección personal? ¿Cuáles han sido los libros que más habéis disfrutado en el 2014?
Empecé el año leyendo "La frontera invisible" de Kilian Jornet, para mi uno de los deportistas más emblemáticos de los últimos tiempos al que admiro profundamente. No ya por su capacidad física y de resistencia, si no por su especial sintonía y espiritualidad con ese lugar que tanto me gusta: la montaña. El libro narra una expedición al Nepal, un relato mitad real mitad ficticio de como perdió y recuperó de nuevo la ilusión por hacer las cosas, de los sentimientos que te pasan por la cabeza cuando tu vida pende de un hilo, ahí en las alturas. Reconozco que no es un libro que interese a mucha gente porque únicamente los que hemos estado en lo alto de una montaña podemos llegar a comprender lo que se siente ahí arriba y durante el proceso que experimentas en el ascenso. Un libro que disfruté mucho y que ya queda entre uno de mis favoritos.
A la frontera invisible le siguió "Hacia el amanecer" de Michael Greenberg, la historia de un padre desesperado por el reciente "enloquecimiento" repentino de su hija. Sally, la protagonista, desencadena un trastorno maníaco depresivo o también llamado bipolar, y el padre no sabe cómo actuar. Lo deja en manos de profesionales y la internan mientras él no puede dejar de sentirse culpable y hacerse mil preguntas sin respuestas. Un libro que trata sobre las enfermedades mentales y lo que pueden llegar a sentir las personas que lo sufren y las que están a su lado, pero sobre todo un libro sobre la fuerza del amor entre un padre y una hija, lleno de esperanza, de aprendizaje y de superación.
Me gustó por la temática, ya que hay pocas novelas que traten sobre enfermedades mentales, pero me pareció vacío de contenido, con una prosa muy sencilla y poco literaria.
No podía faltar entre mis lecturas favoritas de este año el libro de nuestro amigo Kiko Mendez Monasterio, "Lo nuestro y lo triste", un libro de relatos cortos de los cuales no hay ninguno que no consiga estremecerme. Ya lo consiguió antes su novela "La calle de la luna", por su pulso poético, por todo lo que consigue transmitir con solo una frase en la que te deja desnudo ante ti mismo, con los sentimientos a flor de piel. Historias de amores imposibles, de vacíos, de ausencias, de humor se unen para no dejarte indiferente. Otro libro que permanece en mi estantería de libros favoritos y que no me cansaría nunca de volver a releer.
"A través del tiempo" también es un libro que me ha marcado y que me parece muy interesante. Lo leí a raíz de un curso de Hipnosis regresiva que hice en la escuela de Acupuntura en el cual aprendimos a relajar al paciente de forma que pudiera llegar a estados de conciencia que no alcanzamos en nuestro estado de conciencia normal. Pero mi experiencia y mi opinión sobre este esto es un tema aparte aquí. El caso es que este libro lo escribió un prestigioso psiquiatra estadounidense sobre su experiencia con pacientes con problemas mentales y emocionales agudos que lograron curarse a raíz de experiencias hipnóticas regresivas, esto es: trasladándose a estados de conciencia donde podían ver el pasado, en concreto a otras vidas, que había originado sus traumas más profundos, causantes de sus síntomas y enfermedades. Un tema tabú en nuestra sociedad, por el que puedes ser catalogado de loco y por ello este libro me parece un acto de valentía.
Otros libros que he leído han sido "El inimitable Jeeves" de P. G. Wodehouse, un libro lleno de humor y con el que puedes pasar un rato muy entretenido.
"Limpieza de Sangre" de Arturo Pérez Reverte, la segunda parte de las aventuras del Capitán Alatriste, que bien es sabido que nunca defrauda.
He releído "La sombra del viento" de Carlos Ruiz Zafón, que ya lo había leído hace años pero salió elegido en el club de lectura y volví a releerlo con ganas. Me encanta Ruiz Zafón, su prosa emotiva y sus historias siempre tan bien narradas consiguen perderme por mi querida Barcelona natal en un halo de nostalgia.
También los clásicos "Ojos verdes y otras leyendas" de Bécquer, "La gitanilla" de Miguel de Cervantes y "Lady Susan" de Jane Austen de los cuales ya escribí su reseña en este mismo blog y no los disfruté demasiado a pesar de ser clásicos que considero imprescindibles. Esas han sido mis lecturas del 2014, Y vosotros, ¿sois capaces de hacer vuestra selección personal? ¿Cuáles han sido los libros que más habéis disfrutado en el 2014?
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