jueves, 31 de mayo de 2012

"El siglo que despierta" un diálogo entre Carlos Fuentes y Ricardo Lagos


El libro "El siglo que despierta", fruto de un diálogo entre el escritor Carlos Fuentes y el ex presidente chileno Ricardo Lagos, estará disponible desde esta semana en México, dos semanas después de la muerte del autor mexicano.
El texto reúne la charlas que Fuentes y Lagos sotuvieron a finales de 2011 en Londres y en la que reflexionan sobre una sociedad cuya globalización tecnológica y económica no parece haber alcanzado a la política.
El libro es el primero de Fuentes que aparece tras su muerte el 15 de mayo a sus 83 años, mientras mantenía una siempre vital agenda que incluía el desarrollo de varios textos.
El expresidente Lagos dijo que tras repasar las conversaciones vertidas en el libro, encontró más agudas y precisas las reflexiiones que hizo durante las mismas el autor de 'Aura' o 'La región más transparente'. "No es una sorpresa, porque Carlos Fuentes siempre tuvo la capacidad de ser eternamente actual", dijo el ex presidente chileno al diario Reforma.
Lagos también resaltó la preocupación que compartió con Fuentes sobre la debilidad de las instituciones políticas en América Latina, que no se corresponden con el desarrollo de la región. 
El texto, según Lagos, aborda también la incongruencia entre el desarrollo tecnológico y las posibilidades reales de los seres humanos en un mundo permanente cambiante y que cada vez se hace más pequeño. "Lo único que no puede desplazarse con un clic es el ser humano y esta relación tan injusta de que todo se desplaza: el conocimiento, los capitales... menos el ser humano, era algo sobre lo que nos preocupó reflexionar", recordó Lagos.

"La leyenda del ladrón" nueva novela de Juan Gómez Jurado "el Ken Follet español"


"La leyenda del ladrón", una novela situada en la España del siglo XVI, con un Estado en la "bancarrota" y endeudado "con los bancos", que recuerda a "como vivimos ahora".
"El siglo XVI es un momento histórico en el que España, por una parte, vivía una situación tremendamente boyante por el oro que recibía de América, a través de la flota de Indias, y por otra, estaba en quiebra, en bancarrota, tremendamente endeudada con los bancos y con una deuda externa brutal por la mala gestión de los gobernantes", decía el escritor hoy en una entrevista con Efe.
Y advertía que esta situación, acompañada de un tejido social muy dañado, en el que había una profunda brecha entre el pueblo y los gobernantes por las circunstancias económicas, "nos va recordando a como vivimos ahora".
"En aquella época había una sociedad tremendamente corrupta, el que tenía dinero se libraba de la cárcel sin mayor problema, con lo cual tampoco está tan lejos de lo que estamos viviendo hoy", añadía Gómez-Jurado, que ha tardado cuatro años en escribir esta novela de casi 700 páginas y editada por Planeta.
Por ello, "no es casualidad que en 'La leyenda del ladrón' los malos sean un duque y un banquero".
Situada en la Sevilla del siglo XVI, la nueva obra de Gómez-Jurado (Madrid, 1977), está situada en la Sevilla de 1587, una época agitada en la que el Imperio español estaba en guerra contra Inglaterra y en la que la picaresca era el medio habitual de supervivencia.
El autor teje la novela desde "múltiples niveles" y con dos protagonistas indiscutibles: Sancho de Écija y Clara.
Mientras Sancho, "un hombre en lucha contra un mundo hostil", comienza como un pequeño ladronzuelo y termina como un héroe que cambia el destino de la ciudad, Clara protagoniza desde su condición de esclava indiana que no puede ejercer la medicina por su género una historia de superación personal y ansias de libertad.
El autor recrea la posibilidad de que coincidieran en Sevilla los dos grandes escritores del siglo de Oro: Miguel de Cervantes, quien salva a Sancho Écija de la peste cuando es un niño, y Shakespeare, quien influye en la transformación del imaginario del protagonista.
Y aunque el autor refleja la época previa a que los dos autores del siglo de Oro se consagrasen, "anteriores a su propia leyenda literaria", en la novela aparecen intercaladas de manera velada frases de las grandes obras de ambos autores.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Paul Preston, dice en su libro, que en España también se protagonizó un Holocausto.

El historiador e hispanista británico Paul Preston ha manifestado hoy que, a diferencia del resto de guerras, durante la Guerra Civil española se produjo un holocausto "silenciado" dentro y fuera de nuestro país.
El experto en historia reciente de España ha hecho estas declaraciones a los periodistas en Valencia antes de pronunciar la conferencia "El Holocausto español", que forma parte de la clausura de la tercera edición del Máster en Derechos Humanos, Democracia y Justicia Internacional de la Universitat de València.

Para Preston el "silencio" del holocausto se debió al "lavado de cerebro de toda una nación" durante los años de la dictadura, así como a la colaboración tácita de las grandes potencias que necesitaban a Franco como aliado.
"La gente que provocó la Guerra Civil mató innecesariamente a varios cientos miles de personas, y eso es un holocausto", ha apuntado.
Preston ha agregado que el "holocausto español" no tiene comparación con el holocausto "en mayúscula" ya que, según ha explicado, éste ocurrió en toda la Europa ocupada.

El hispanista ha destacado que la "poca" polémica que ha generado el título de su última obra, "El holocausto español", se ha debido, en su opinión, a que ha habido mucha gente que ha agradecido que alguien haya dicho "por fin" que lo que ha ocurrido "era terrible".
Preston ha destacado que no se ha hecho lo suficiente por recuperar la memoria histórica y ha concluido que son los particulares los que más esfuerzo han realizado para "descubrir la verdad".
Ha concretado que en la Comunitat Valenciana ha sido el propietario de un estanco quien más esfuerzos ha realizado en este sentido.

Preguntado por los periodistas sobre el juez Baltasar Garzón, el historiador ha señalado que "si Garzón me hubiera consultado, otro gallo habría cantado" y se ha preguntado "cómo se metió en esa trampa. Los que iban a por Garzón han mostrado muchísima inteligencia".

En referencia al caso de bebés robados, Preston ha apuntado que existe diferente motivación entre los casos que se dieron durante la Guerra Civil y lo que ocurrió posteriormente, ya que, según ha explicado, éstos últimos se realizaron "con voluntad de sacar mucho dinero".

"Ha dejado de llover" de Andrés Pareja


El escritor Andrés Barba empezó a escribir "Ha dejado de llover" con la idea de hacer el retrato global de una ciudad a través de sus barrios, pero la novela se fue modificando y ahora cree que en las historias que cuenta lo que más aparece es la comprensión como una forma de anular los problemas.
Incluye cuatro historias donde asoman cuestiones siempre presentes en sus títulos, como la incapacidad de comunicar los propios sentimientos, la irrupción súbita del amor, el miedo a la felicidad, la muerte y también lo que significa la paternidad.
A su juicio, aunque la verdadera protagonista del libro es una ciudad muy parecida al Madrid en el que ha vivido la mayor parte de su vida, las historias se estructuran a partir de cuatro variaciones de un mismo tema: "Alguien súbitamente comprende la vida de una persona y eso supone el final de un problema".
Con "Dublineses" como referencia obvia, Barba construye cuatro relatos en los que trata tanto sobre la paternidad "desastrosa" de algunas personas, que empiezan a entender lo que ello supone "diez años después de haber sido padres", como sobre la infidelidad que descubre una hija adolescente en su padre.
El último de los relatos, "Compras", que dice que es su favorito, es la descripción de un largo día de compras en el que "una hija se reconcilia con una madre excéntrica, disparatada y perversa".
El autor -que reside actualmente en Buenos Aires (Argentina), a donde partió por amor- Barba está trabajando en una nueva novela y conociendo la literatura argentina contemporánea, que ha calificado de "estimulante".
Nacido en 1975, se dio a conocer con apenas 26 años con "La hermana de Katia", llevada a la gran pantalla, y también es autor de media docena de novelas como "Versiones de Teresa", premio Torrente Ballester; "Agosto, octubre" y "Muerte de un caballo", premio Juan March.
Con su amigo Javier Montes recibió el premio Anagrama de ensayo por "La ceremonia del porno".

jueves, 17 de mayo de 2012

"Donde la eternidad envejece" de César Antonio Molina


César Antonio Molina define en su nuevo libro "Dónde la eternidad envejece", un viaje interno y externo por diferentes países que le sirve al autor para hablar de arte, literatura, filosofía o la sociedad en general.
Publicado por Destino, constituye el quinto volumen de lo que este prolífico narrador y poeta denomina "Memorias de ficción" y que continúa la estela de títulos como "Regresar a donde no estuvimos", "Esperando los años que no vuelven" o "Lugares donde se calma el dolor.
El autor narra en este libro escenarios como Roma, Napoles, París, Burdeos, Madrid, Ibiza, Manchester, Berlín, Estocolmo, Sarajevo, Estambul, El Cairo, Shangri-la, Pekín, Tokushima, Nueva York, Rosario o México, entre otros.
Lugares, obras de arte, acontecimientos o espacios como los cementerios, sitios a los que este periodista, escritor y profesor de Teoría de la Critica en la Universidad Complutense le dedica un capitulo, con los cementerios de París, de Pere Lachaise, donde están las tumbas de Marcel Proust, Honoré de Balzac u Oscar Wilde o el de Montparnasse, donde reposan Beckett, Cortázar, Jean Paul Sartre o Simone de Beauvoir.
Y en "Donde la eternidad envejece" Molina ha vertido todo su saber, toda su experiencia acumulada en años. Este libro no lo podía haber escrito a los 20, los 30 o los 40 años. Aquí está toda la experiencia de toda una vida de lecturas, de museos, de películas, de miles de conciertos o de cientos de viajes en diferentes épocas", concluye el autor.

domingo, 13 de mayo de 2012

El diario Mediterraneo Digital ha publicado mi crónica de Buenos Aires


Crónica de una española en Buenos Aires. Parte I

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BSASBANDERAEstar lejos de España me provoca una profunda nostalgia. Cuando estás fuera y lejos de tu país aprendes a valorarlo, percibes muchas cosas que antes ni te dabas cuenta de que existían, porque las considerabas "normales" y no reparabas en ellas.
Nunca dejo de sorprenderme de mi propia ignorancia.
Ha pasado poco tiempo desde que estoy aquí –en concreto 4 meses- pero tengo unas primeras impresiones y alguna experiencia que me gustaría contar aquí:
Buenos Aires es una ciudad principalmente de servicios, bastante desarrollada a simple vista. Cuando sales a la calle por primera vez, saliendo del aeropuerto, la calle no te parece muy diferente de Barcelona o Madrid: calles urbanizadas, llenas de tráfico y gente, edificios altos, oficinas y tiendas. Lo que cambia es el caos circulatorio –el de España no es nada comparado con el de aquí-, y a lo que gustan mucho de tirar de bocina a la mínima. Llama la atención la falta de respeto a los pasos de peatones, y a los peatones en sí. No hay un solo coche que frene ante un paso de peatones ni deje pasar a nadie. Si quieres pasar, tienes que tirarte a la calle, y encima te pitarán porque has tenido que reducir su marcha.
También llama la atención el estado de los colectivos (autobuses) o del subte (metro), más viejos que la quina. Los colectivos dejan mucho que desear: hay pocos asientos y tienes que ir principalmente de pie, mientras el autobusero te mueve de un lado a otro como si de un saco de patatas se tratara, por lo que tienes que sujetarte bien fuerte si no quieres salir rodando, y aunque vayas sentado tampoco te libras de las terribles acometidas, tienes que agarrarte bien fuerte si no quieres salir disparada hacia adelante cuando frena. Si hay mucho atasco, el autobusero decide cambiar de rumbo, y los que se tenían que bajar en esa parada o en alguna de las siguientes se joden, así tal cual.
Las ventanillas del colectivo siempre van medio bajadas. También pasa en el subte, las ventanillas van abiertas porque no hay ningún sistema más de ventilación. Hay uno, el de la línea A, que es de madera, como el que se ve en las películas antiguas, que por lo menos tendrá un siglo.
En cuanto a su estructura, existen 5 líneas que parten de un mismo origen y que se extienden a lo largo de la capital, de sur a norte, con direcciones divergentes y que no están interconectadas entre ellas ni conectadas en los dos sentidos de la línea, por lo que si te pasas de parada, debes salir a la calle, entrar en la estación de la vereda (acera) de enfrente y volver a pagar. Al no estar interconectadas entre ellas, si quieres ir de un punto a otro de la ciudad que están casi en paralelo, debes coger una línea, recorrerla entera hasta su nacimiento y luego coger la otra línea entera hasta ese punto que en verdad estaba al lado y que en España hubieras tenido que hacer dos paradas.
Lo peor de todo, es que la palabra más simple y útil del mundo, como es coger, aquí significa "follar", por lo que tienes que sustituirla por "tomar" o "agarrar": tomar el subte, agarrar el colectivo... si no quieres ser motivo de risa o burla. El "tu" es sustituido por el "vos".
Los argentinos hablan español con acento italiano. No en vano dicen que son descendientes de "gallegos" (españoles) e italianos. Una conocida, cuyo novio es argentino, me dijo que los españoles éramos considerados tontos en argentina. Una amiga mía, argentina, me confirmó que no, "que boludos (gilipollas) te los encuentras en todos lados". La estancia aquí me ha demostrado que la gente te tiene entre una especie de admiración y sorpresa. Cuando te notan "el acento", te preguntan y si dices que vienes de España se ponen muy contentos y entablan una conversación muy entrañable contigo. La siguiente pregunta siempre es: ¿de que equipo sos? Sin duda el Barça es el favorito y a quien comparan con el "Boca", y al River con el Madrid. Raro es que no termines hablando de fútbol. En Argentina hay muchísima afición. También hay mucha cultura de boxeo, muchos hombres y mujeres, lo que llamó mi atención al principio ya que es un país bastante machista a mi modo de ver, lo practican y tienen mucha afición.
Como iba diciendo, además de admiración también sienten sorpresa porque consideran España como un país rico e inalcanzable. Muchos afirman que "si yo viviera en España, o en algún país de Europa, nunca vendría a vivir aquí. Se nos hace raro ver a un español viviendo acá". Si bien es cierto que los chistes de "gallegos" – y se nos llama así porque los primeros españoles que llegaron a argentina venían de Galicia- tratan a los españoles de paletos. Por ejemplo:
Oye Manolo pásame otro shampoo.
- Pero si ahí en el baño hay uno.
- Si hombre, pero este es para cabello seco y yo ya lo tengo mojado.
No hace falta decir que los primeros gallegos que emigraron a Argentina eran un poco paletos. Se hace raro porque en España no conozco ningún chiste sobre argentinos y éstos tienen muchos sobre españoles. Bien es verdad que los españoles no hemos reparado nunca en Argentina a pesar de las semejanzas.
En cuanto al sistema político, ahora mismo Argentina está gobernada por la Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner, a mis ojos una demagoga populista que tiene comprado a todo el pueblo mediante subvenciones, lo que produce el rechazo de la gente más trabajadora puesto que es la que las paga. La política de la importación se ha complicado en gran medida, ya no dejan importar nada, ni siquiera libros, inventando una excusa como la de que las tintas contienen un porcentaje de plomo elevado y que son perjudiciales. Es decir, algo así como que leer un libro no argentino es perjudicial para la salud.
Más tarde se dijo que se intentaba proteger al país con una política proteccionista, sabiendo que un 80% de los libros que hay en argentina son españoles. ¿Protegiendo Argentina de los libros? ¿En que clase de país se convierte aquél que prohíbe libros que no son escritos por argentinos?
También lo han hecho con otros productos que no hay ni pueden tenerse aquí como el jamón ibérico o el aceite de oliva. Parece ser que, si quieres importar algún producto, debes reunirte con el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno y pactar con él ya que no hay una ley ni norma escrita que regule nada. Todo se basa en lo que consigas pactar con este señor, el omnipotente, que te recibe con un café y una imagen de la virgen a sus espaldas y cuya alguna de sus frases son:
- "Si te estás fundiendo es porque sos un boludo."
-"La próxima vez, vengan con sus mujeres. Ya estoy cansado de cogérmelos a ustedes.
-"Les voy a explicar una cosa: esta nueva gestión se va a manejar con pelotas y el que tiene las pelotas más grandes soy yo. ¿Me escucharon?"
-"Mis muchachos son expertos en partirle la columna y hacerle saltar los ojos al que hable."
Por otra parte, llama la atención la cantidad de creyentes que hay, he podido observado de primera mano que cuanto más subdesarrollado es un país (como Honduras, por ejemplo) más creyentes son, supongo que tiene que ver con el valor de la vida.
Por todos lados encuentras recintos enormes, de lujo, rodeados de hombres-gorila que lo vigilan y atiborrados de gente donde puedes observar que pone: "la iglesia universal del reino de Dios". Engatusan a la gente más enferma y necesitada y les prometen curarles al grito de: "arrrrrrrrrrrrrrricacatachicacataguaca" ,"sal demonio y entra en mi el señor"....Lo ví un día por la tele porque lo dan en directo algunos sábados, me quedé alucinada de la gente que es capaz de aglutinar. Millares de personas lo gritaban.
Por otro lado se podría decir que la gente de Buenos Aires es bastante racista con lo que respecta a bolivianos y peruanos, a los que llaman negros (cuando vean un negro de verdad no sé lo que van a hacer). En un noticiario se llegó a decir: "Han muerto tres personas y un boliviano".
También son bastante machistas como dije antes. Un día escuché decir de una mujer "No veas la cantidad de mujeres que fuman en España, es horrible!" Fumar en una mujer queda feo, que beba del botellín de una cerveza también y así sucesivamente con todas las cosas que puedan parecer menos afeminadas.
Cuando vas por la calle suelen decirte lo linda y lo diosa que eres, eso cuando te encuentras con los educados. Hay otros que simplemente te silban como si llamaran a un perro o te dicen cochinadas del estilo:
-"corazón de arroz, la que me cuelga es para vos"
Hay quienes te miran con mirada sucia y te ponen cara de "te voy a comer to lo tuyo" mientras se muerden el labio y ponen los ojos como platos y mueven la cabeza de un lado para otro. Primitivismo al poder, aunque nada nuevo bajo el sol....
Y para no aburrirles, aquí lo dejo hoy. Prometo la segunda entrega muy pronto.

sábado, 12 de mayo de 2012

Crónica de Buenos Aires. Parte I


Estar lejos de España me provoca una profunda nostalgia. Cuando estás fuera y lejos de tu país aprendes a valorarlo, percibes muchas cosas que antes ni te dabas cuenta de que existían, porque las considerabas “normales” y no reparabas en ellas. Nunca dejo de sorprenderme de mi propia ignorancia.

Ha pasado poco tiempo desde que estoy aquí –en concreto 4 meses- pero tengo unas primeras impresiones y alguna experiencia que me gustaría contar aquí:

Buenos Aires es una ciudad principalmente de servicios, bastante desarrollada a simple vista. Cuando sales a la calle por primera vez, saliendo del aeropuerto, la calle no te parece muy diferente de Barcelona o Madrid: calles urbanizadas, llenas de tráfico y gente, edificios altos, oficinas y tiendas. Lo que cambia es el caos circulatorio –el de España no es nada comparado con el de aquí-, y a lo que gustan mucho de tirar de bocina a la mínima. Llama la atención la falta de respeto a los pasos de peatones, y a los peatones en sí. No hay un solo coche que frene ante un paso de peatones ni deje pasar a nadie. Si quieres pasar, tienes que tirarte a la calle, y encima te pitarán porque has tenido que reducir su marcha.

También llama la atención el estado de los colectivos (autobuses) o del subte (metro), más viejos que la quina. Los colectivos dejan mucho que desear: hay pocos asientos y tienes que ir principalmente de pie, mientras el autobusero te mueve de un lado a otro como si de un saco de patatas se tratara, por lo que tienes que sujetarte bien fuerte si no quieres salir rodando, y aunque vayas sentado tampoco te libras de las terribles acometidas, tienes que agarrarte bien fuerte si no quieres salir disparada hacia adelante cuando frena. Si hay mucho atasco, el autobusero decide cambiar de rumbo, y los que se tenían que bajar en esa parada o en alguna de las siguientes se joden, así tal cual.

Las ventanillas del colectivo siempre van medio bajadas. También pasa en el subte, las ventanillas van abiertas porque no hay ningún sistema más de ventilación. Hay uno, el de la línea A, que es de madera, como el que se ve en las películas antiguas, que por lo menos tendrá un siglo.

En cuanto a su estructura, existen 5 líneas que parten de un mismo origen y que se extienden a lo largo de la capital, de sur a norte, con direcciones divergentes y que no están interconectadas entre ellas ni conectadas en los dos sentidos de la línea, por lo que si te pasas de parada, debes salir a la calle, entrar en la estación de la vereda (acera) de enfrente y volver a pagar. Al no estar interconectadas entre ellas, si quieres ir de un punto a otro de la ciudad que están casi en paralelo, debes coger una línea, recorrerla entera hasta su nacimiento y luego coger la otra línea entera hasta ese punto que en verdad estaba al lado y que en España hubieras tenido que hacer dos paradas.

Lo peor de todo, es que la palabra más simple y útil del mundo, como es coger, aquí significa “follar”, por lo que tienes que sustituirla por “tomar” o “agarrar”: tomar el subte, agarrar el colectivo… si no quieres ser motivo de risa o burla. El “tu” es sustituido por el “vos”.
Los argentinos hablan español con acento italiano. No en vano dicen que son descendientes de “gallegos” (españoles) e italianos. Una conocida, cuyo novio es argentino, me dijo que los españoles éramos considerados tontos en argentina. Una amiga mía, argentina, me confirmó que no, “que boludos (gilipollas) te los encuentras en todos lados”. La estancia aquí me ha demostrado que la gente te tiene entre una especie de admiración y sorpresa. Cuando te notan “el acento”, te preguntan y si dices que vienes de España se ponen muy contentos y entablan una conversación muy entrañable contigo. La siguiente pregunta siempre es: ¿de que equipo sos? Sin duda el Barça es el favorito y a quien comparan con el “Boca”, y al River con el Madrid. Raro es que no termines hablando de fútbol. En Argentina hay muchísima afición. También hay mucha cultura de boxeo, muchos hombres y mujeres, lo que llamó mi atención al principio ya que es un país bastante machista a mi modo de ver, lo practican y tienen mucha afición.

Como iba diciendo, además de admiración también sienten sorpresa porque consideran España como un país rico e inalcanzable. Muchos afirman que “si yo viviera en España, o en algún país de Europa, nunca vendría a vivir aquí. Se nos hace raro ver a un español viviendo acá”. Si bien es cierto que los chistes de “gallegos” – y se nos llama así porque los primeros españoles que llegaron a argentina venían de Galicia- tratan a los españoles de paletos. Por ejemplo:

-     Oye Manolo pásame otro shampoo.
-     Pero si ahí en el baño hay uno. 
-     Si hombre, pero este es para cabello seco y yo ya lo tengo mojado.

No hace falta decir que los primeros gallegos que emigraron a Argentina eran un poco paletos. Se hace raro porque en España no conozco ningún chiste sobre argentinos y éstos tienen muchos sobre españoles. Bien es verdad que los españoles no hemos reparado nunca en Argentina a pesar de las semejanzas.

En cuanto al sistema político, ahora mismo Argentina está gobernada por la Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner, a mis ojos una demagoga populista que tiene comprado a todo el pueblo mediante subvenciones, lo que produce el rechazo de la gente más trabajadora puesto que es la que las paga. La política de la importación se ha complicado en gran medida, ya no dejan importar nada, ni siquiera libros, inventando una excusa como la de que las tintas contienen un porcentaje de plomo elevado y que son perjudiciales. Es decir, algo así como que leer un libro no argentino es perjudicial para la salud.

Más tarde se dijo que se intentaba proteger al país con una política proteccionista, sabiendo que un 80% de los libros que hay en argentina son españoles. ¿Protegiendo Argentina de los libros? ¿En que clase de país se convierte aquél que prohíbe libros que no son escritos por argentinos?

También lo han hecho con otros productos que no hay ni pueden tenerse aquí como el jamón ibérico o el aceite de oliva. Parece ser que, si quieres importar algún producto, debes reunirte con el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno y pactar con él ya que no hay una ley ni norma escrita que regule nada. Todo se basa en lo que consigas pactar con este señor, el omnipotente, que te recibe con un café y una imagen de la virgen a sus espaldas y cuya alguna de sus frases son:

-      "Si te estás fundiendo es porque sos un boludo."

-"La próxima vez, vengan con sus mujeres. Ya estoy cansado de cogérmelos a ustedes.

-"Les voy a explicar una cosa: esta nueva gestión se va a manejar con pelotas y el que tiene las pelotas más grandes soy yo. ¿Me escucharon?"

-          -"Mis muchachos son expertos en partirle la columna y hacerle saltar los ojos al que hable."

Por otra parte, llama la atención la cantidad de creyentes que hay, he podido observar de primera mano que cuanto más subdesarrollado es un país (como Honduras, por ejemplo) más creyentes son, supongo que tiene que ver con el valor de la vida.

Por todos lados encuentras recintos enormes, de lujo, rodeados de hombres-gorila que lo vigilan y atiborrados de gente donde puedes observar que pone: "la iglesia universal del reino de Dios". Engatusan a la gente más enferma y necesitada y les prometen curarles al grito de: “arrrrrrrrrrrrrrricacatachicacataguaca” ,“sal demonio y entra en mi el señor”….Lo ví un día por la tele porque lo dan en directo algunos sábados, me quedé alucinada de la gente que es capaz de aglutinar. Millares de personas lo gritaban.

Por otro lado se podría decir que la gente de Buenos Aires es bastante racista con lo que respecta a bolivianos y peruanos, a los que llaman negros (cuando vean un negro de verdad no sé lo que van a hacer). En un noticiario se llegó a decir: “Han muerto tres personas y un boliviano”.

También son bastante machistas como dije antes. Un día escuché decir de una mujer “No veas la cantidad de mujeres que fuman en España, es horrible!” Fumar en una mujer queda feo, que beba del botellín de una cerveza también y así sucesivamente con todas las cosas que puedan parecer menos afeminadas.
Cuando vas por la calle suelen decirte lo "linda" y lo "diosa" que eres, eso cuando te encuentras con los educados. Hay otros que simplemente te silban como si llamaran a un perro o te dicen cochinadas del estilo: 

-"corazón de arroz, la que me cuelga es para vos"

Hay quienes te miran con mirada sucia y te ponen cara de “te voy a comer to' lo tuyo” mientras se muerden el labio y ponen los ojos como platos y mueven la cabeza de un lado para otro. Primitivismo al poder, aunque nada nuevo bajo el sol….

Y para no aburrirles, aquí lo dejo hoy. Prometo la segunda entrega muy pronto.

Gemma Serradell.