Para ello, Fernando Delgado sitúa la acción en un programa
radiofónico que cada noche acoge los testimonios de una colección de
personajes que confían a la periodista conductora sus complejos y
obsesiones.
Una noche, irrumpe en antena una oyente anónima (Alma) y
desata un torrente de elucubraciones entre los participantes, que
empiezan a especular en torno a su identidad sexual.
Muchos de los participantes en este 'confesionario' nocturno
esconden sus nombres o sus identidades, sugiriendo un juego de máscaras,
falsas apariencias y una preocupación por la identidad.
Dualidades, hermanos gemelos, personalidades esquizoides y todas
las formas de la ambigüedad sexual se dan cita en esta novela, que
nació, según ha explicado su autor, a raíz de las repetidas noticias que
surgieron en los medios de comunicación sobre políticos, quienes tras
llevar en apariencia una vida ejemplar se les descubrían "extrañas
perversiones".
Para Fernando Delgado, la sexualidad "no se
explica" y tiene mucho que ver con la "imaginación" y la "libertad" de
cada uno e incluso considera que "no hay sexualidad sin imaginación".
En la segunda parte de la novela, donde se aclara la identidad de
Almudena Fariza, entra en acción la policía, en relación con el caso del
hombre atado, que puede interpretarse como consecuencia de juegos o
fantasías sexuales. Así el lector descubre entonces los orígenes y las
peculiares circunstancias en que se desarrollaba el programa de radio.
Por su parte, el periodista Eduardo Sotillos ha destacado los
numerosos momentos cómicos o tragicómicos, que contiene esta novela,
"dura" para leer y en la que se pueden identificar a algunos personajes
de la actualidad informativa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario