"Yo pertenezco al número de los que creen que lo máximo esta en lo mínimo. El niño es pequeño, y encierra al hombre; el cerebro es estrecho, y abriga el pensamiento, el ojo es un punto, y abraza leguas"
Debo volver a los clásicos porque por eso perduran en el tiempo, porque son extraordinarios, únicos, dotados de una espiritualidad de la que carecen muchos, -demasiados- de los libros actuales.
Escrito en una bellísima prosa y ambientada en París a mediados del siglo XIX, "La dama de las camelias" narra una historia desgarradora de amor entre un chico de bien y una prostituta que sufre tuberculosis. El autor nos acerca a la vida de estas mujeres, las hace cercanas, sentimentales, con capacidad de amar, alejándolas y protegiéndolas de los prejuicios sociales.
Una novela perteneciente al movimiento literario del realismo, pero la primera que dio el salto al romanticismo.
Una obra magna, de las que emocionan y dejan huella.
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