lunes, 12 de octubre de 2015

"La habitación de Nona" o la importancia de lo oculto


Después de unos largos años de silencio provocados por la pérdida de su marido, regresa Cristina Fernández Cubas (Arenys de Mar, 1945). Y lo hace a su estilo, a lo grande, con un libro de cuentos que sorprenden a cada rato. Cuando creías que ya tenías el argumento, el cuento da un giro y sólo te queda hacer dos cosas: o sonreír, o aplaudir. 

Dos de los relatos brillan por encima del resto. Lo hace el cuento que da título al libro "La habitación de Nona", que habrá que leerlo más de una vez para poder encontrarle todas las posibles interpretaciones, donde el misterio aparece desde las primeras páginas y continúa a lo largo del relato hasta el final, dejándonos con ganas de más.

"Hablar con viejas" es un portento literario, donde la autora nos mostrará que del hecho de ayudar a cruzar una viejecita la calle puede pasar cualquier cosa, y mientras dura este relato olvidar el mundo a tu alrededor es un hecho garantizado. 


También es magistral el relato "El final de Barbro" donde las madrastras típicas de cuento cobran vida y son, sin embargo, completamente verosímiles. 

Cada cuento es muy distinto del otro, y es por eso que el ingenio de Cristina Fernández Cubas reluce en cada uno de ellos con mucha más fuerza. La autora  tiene en cuenta que el cuento es tiránico pues no te perdona un párrafo malo, a diferencia de la novela que al ser larga puedes permitirte un capítulo que no esté demasiado bien, y eso ella lo tiene muy claro y lo aplica, vaya si lo aplica, que no hay ningún momento ni ninguna parte en la que sus cuentos decaigan. Y eso, por desgracia, no está al alcance de todos.




La habitación de Nona. Cristina Fernández Cubas. Tusquets. A la venta el 7 de abril de 2015.

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