lunes, 16 de marzo de 2015

Los libros olvidados

Algo pasa en nuestro país cuando el libro de Belén Esteban es uno de los más vendidos y Cincuenta Sombras de Grey el libro del que más se habla. La sociedad se mueve por las modas y era evidente que la literatura no se iba a librar de ellas. Con estos ejemplos queda más que claro que los best sellers no tienen nada que ver con la buena literatura, más bien todo lo contrario. Son libros prefabricados que ya reúnen todas las características para convertirse en un éxito de ventas, con frases cortas y simples donde es imposible reconocer algún rasgo de personalidad en ellos. Tenía razón Facundo Cabral cuando decía que su abuelo sólo temía a los idiotas porque son mayoría y eligen hasta el presidente. Así ocurre, que eligen presidente y lo imponen todo, creando modas y arrastrándonos a todos a una vorágine de estupidez contagiosa. Han conseguido que Larra o Kafka suenen a rancio, esos autores que saben que existen porque los oyeron nombrar en el colegio pero de los que no han leído ni conocen nada. Y de Baudelaire o Verlaine ya ni te cuento. De los que el nombre ni les suena y que si les preguntas te dirán que será algún presidente francés, o algo.

¿Que ha pasado con las aventuras de Tom Sawyer? ¿Donde está ese entrañable personajillo que me marcó mi adolescencia para siempre, el pequeño Holden Caufield?

¿Porque leer Stieg Larson pudiendo leer los clásicos que aún no conocemos y que sabemos que no nos fallarán?

En la biblioteca provincial de Córdoba han creado un proyecto para poner remedio a la literatura de masas y que libros como "El cartero siempre llama dos veces" de James M. Cain o  "Una fábula" de William Faulkner -Premio Nobel y dos veces Premio Pulitzer- del que no se prestó ni un solo libro en el último año puedan ser rescatados del olvido y cobrar vida de nuevo. Consiste en una cita a ciegas en la llamada "Olvidoteca" donde los lectores  cogen al azar un libro envuelto que previamente ha sido seleccionado entre aquellos menos leídos en los últimos tiempos.  Una vez leído la biblioteca pide que los lectores recomienden aquellos que les han gustado para que puedan ser ofrecidos a otros.

No podemos perder la oportunidad de leer aquellos libros aplastados por la literatura de masas, estoy segura de que el gozo está garantizado. Ojalá que, como las modas, esto también se acabe imponiendo.