miércoles, 14 de enero de 2015

"Un mundo feliz" de Aldous Huxley

De vez en cuando hace falta retomar los clásicos, al fin y al cabo, y diga la gente lo que diga, es literatura que nunca envejece. Este libro, en particular, se acerca más a nuestra sociedad actual que en el momento en el que fue escrito.  Aunque está ambientado en una época ficticia en Inglaterra, me ha parecido el paradigma de la sociedad moderna. Nuestros protagonistas viven en un mundo donde han sido científicamente creados en probetas, con una baja inteligencia, y ya "condicionados" a trabajar en producción y a "ser felices" con la existencia que les ha tocado, donde no importan ni la libertad, ni el individuo, sino sólo la eficiencia, la productividad y el pertenecer a todos sin exclusividad. Es por ello que en ese mundo no existen las pasiones ni el amor, ni siquiera los sentimientos más vitales. Todo el mundo pertenece a todo el mundo, y predomina el sexo sin amor y las cosas materiales. De pequeños ya les programan para que odien los libros y la naturaleza, porque no quieren que piensen por sí mismos y porque, la lectura y la naturaleza, son hábitos que no pertenecen al consumismo. Para tenerlos más sumisos y controlados, el gobierno les proporciona una droga, el "soma", de manera que cuando la toman no sienten ni se preocupan por nada.

La historia parte de dos personajes principales: Bernard y Lenina que marcarán las diferencias de dos pensamientos contrapuestos; Lenina representa "el mundo feliz" , es promiscua y toma la droga de la felicidad a todas horas, no piensa por si misma sino que se dedica a repetir los tópicos que les han inculcado desde su creación. Por otro lado, Bernard es todo lo contrario, se cuestiona ese mundo y decide explorar más allá de lo que se les ha impuesto. Lenina le acompañará en ese viaje de búsqueda, y descubrirán juntos el mundo "salvaje", donde conocerán a John, un personaje que se ha criado con los indios y les mostrará qué es el amor y los sentimientos, el tener el cariño de una madre, los libros y lo que se esconde detrás de ellos, y en general la humanidad de la que ellos tanto se escandalizan. 

John es trasladado al mundo "civilizado", y es donde nos damos cuenta de qué ocurre con aquella persona que vive fuera del pensamiento establecido, siendo objeto de experimento, de risa y burla, se condena a la marginalidad y al ostracismo, con un final trágicamente sorprendente. 

Puede que el autor, al igual que George Orwell con "1984", no estuviera tan lejos de la realidad cuando lo escribió. Puede que nuestro "mundo civilizado" no sea tan civilizado como parece, si no más bien una condena a la libertad, al pensamiento, a los valores, una deriva hacia el consumismo y a olvidar los verdaderos placeres de la vida, que no son el ocio ni la diversión, sino el amor, los sentimientos, la pasión, el dolor que irremediablemente encontramos en la vida y que nos hace valorar lo que tenemos, encontrar esa felicidad que no se encuentra fuera, ni en las cosas, sino dentro de uno mismo. Esas cosas que nos hacen sentirnos vivos, lejos de cualquier imposición materialista.

1 comentario:

  1. "Puede que nuestro "mundo civilizado" no sea tan civilizado como parece, si no más bien una condena a la libertad, al pensamiento, a los valores, una deriva hacia el consumismo y a olvidar los verdaderos placeres de la vida, que no son el ocio ni la diversión, sino el amor, los sentimientos, la pasión, el dolor que irremediablemente encontramos en la vida y que nos hace valorar lo que tenemos, encontrar esa felicidad que no se encuentra fuera, ni en las cosas, sino dentro de uno mismo. Esas cosas que nos hacen sentirnos vivos, lejos de cualquier imposición materialista."

    "Puede", no. Seguro.

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