viernes, 30 de julio de 2010

"Cyrano de Bergerac" de Edmond Rostand

“Físico y pensador,
Espadachín audaz,
Conversador mordaz,
Músico y escritor.
En sueños, volador,
Y amante clandestino,
Aquí yace Sabino
Hércules de Cyrano
De Bergerac. Su sino:
Ser todo y serlo en vano”.

Cyrano de Bergerac es un milagro de la literatura; un personaje de ficción que encarna la desgracia, la timidez, el apocamiento, y sobre todo, el fracaso, y que aun así logra levantar el espíritu vencido y desilusionado de todo un pueblo. Es un personaje que fracasa en el amor, en la sociedad, en la vida, en la literatura y hasta en la manera de morir. “He fracasado hasta en mi propia muerte”, dice a punto de morir, descalabrado por el leño que un lacayo le arroja sobre una ventana.
Muchos dirán que Cyrano es un personaje chulesco, provocador, fanfarrón e insoportable. Tienen razón, pero sus virtudes pueden más: desprecia el dinero, la fama, los honores, la posición social, el amor fácil y el donjuaneo, ama la temeridad, el peligro, el amor silencioso e imposible, la poesía y la sátira. Es un hombre que hasta el último momento de su vida consigue mantener intacta su dignidad, consigue mantener ilesa su independencia, viva y destellante su ironía e indomable su libertad.
La obra se divide en cinco actos y está escrita en verso. En ellos descubriremos la personalidad admirable de Cyrano que, enamorado de su prima Roxana y cuando ella le confiesa su amor por Cristán –un recluta del cuerpo de los cadetes de Gascuña- y le pide que le proteja él lo hará en todo momento.
Cyrano propone a Cristán, tan guapo como tosco para la elocuencia, escribir sus cartas de amor a Roxana y así poderle mostrar a su amada sus verdaderos sentimientos. Cuando Cristán y Roxana se encuentran cara a cara el encuentro es un desastre, pues Roxana no encuentra en Cristán lo hallado en las cartas.
Se produce de nuevo otro encuentro, bajo la luz de la luna, Roxana en su balcón y Cristán y Cyrano debajo de él, escondidos tras un árbol donde Cyrano volverá a hacer alarde de sus sentimientos.
Esa misma noche habrán de marchar al frente donde Roxana confiesa a Cristán que si bien su amor comenzó por su atractivo físico, ahora está prendada de su alma.
Cristán, abatido y al descubrir el amor de Cyrano por Roxana, le pide antes de morir que le cuente toda la verdad. Pero Cyrano no lo hará hasta que es demasiado tarde, justo antes de morir recitará de memoria una carta que escribió a Roxana y ella se dará cuenta de que ha sido él el autor de las cartas y el hombre del que de verdad ha estado enamorada.

Hasta en el último momento Cyrano se muestra valiente y satírico, ridiculizando su nariz, lo que le hace como es, lo que condiciona su carácter, su vida y su paradoja, y en definitiva lo que le catapulta hacia el mito y hacia la gloria. 

“Me habéis quitado todo: el laurel y la rosal
Pero, por más que os pese, aún me queda una cosa
Que no podréis quitarme, y que esta noche, cuando
Cruce el umbral del cielo, aún seguirá brillando.
Es algo que me llevo para que Dios sonría,
Y en sus brazos me tome divertido y feliz.
Mi penacho, lleno de gallardía,
Y la brava postura de mi fiera nariz.”

miércoles, 7 de julio de 2010

"Artículos" de Mariano José de Larra

"Ya en mi edad pocas veces gusto de alterar el orden que en mi manera de vivir tengo hace tiempo establecido, y fundo esta repugnancia en que no he abandonado mis lares ni un solo día para quebrantar mi sistema, sin que haya sucedido el arrepentimiento más sincero al desvanecimiento de mis engañadas esperanzas. Un resto, con todo eso, del antiguo ceremonial que en su trato tenían adoptado nuestros padres, me obliga a aceptar a veces ciertos convites a que parecería el negarse grosería, o por lo menos ridícula afectación de delicadeza."


Larra fue un testigo del paso en nuestro país del antiguo al nuevo régimen donde las viejas ideas se resistían a desaparecer, y las nuevas no sabían abrirse camino sin violencia. Larra abre la lista de escritores que verán a España de forma apasionada y dolorida; por esto Larra es considerado, junto con Bécquer, Espronceda y Rosalía de Castro el representante del romanticismo español.
Conviene recordar que el estilo artístico imperante en el siglo XVIII había sido el neoclasicismo, y que el romanticismo fue una reacción violenta contra la racionalidad neoclásica.
El romanticismo es rebeldía e insatisfacción, ansia de libertad y de infinito que nunca encuentra sosiego. Los románticos quieren abarcarlo todo; sufrir y gozar intensamente, apurar todas las contradicciones que captan en el fondo del alma humana. Abundan entre ellos los extremismos políticos y vitales, las pasiones incontroladas, el afán de aventura y rebeldía, el nacionalismo exacerbado, la pasión por el cambio, la exaltación seguida de la depresión, e incluso el suicidio como expresión máxima de libertad y rebeldía.
El hombre romántico, enardecido de amor a su patria, se vuelca hacia la política, la tribuna, las sociedades secretas o la prensa, para intentar fluir en la vida pública; así se irán difundiendo las ideas que triunfaran en Europa: las ideas liberales. Aunque en un principio el romanticismo volvió sus ojos con nostalgia al pasado, buscando la tradición cristiana y romántica y en sus primeros años aparece ligado a las ideas de la Restauración -en cuanto significaba la liquidación del imperialismo napoleónico y la reacción frente a los principios enciclopédicos de la Revolución Francesa-, al final acabó vinculándose al liberalismo. “El romanticismo es el liberalismo en literatura” (Victor Hugo dixit.) Y es que el liberalismo y el romanticismo comparten un rasgo esencial: el individualismo. Es decir, valoran enormemente la sensibilidad, la fantasía, lo espontaneo, lo específico de cada hombre y de cada pueblo y proclaman la libertad del arte frente a la estética clásica de la imitación. Apreciarán las obras de arte medievales y barrocas, y exaltaran al héroe individualista, al que esta proscrito de la sociedad, aunque sea un bandido.
El romántico expresará sus sentimientos más íntimos, generalmente teñidos de melancolía, tristeza y desesperación. Se siente incomprendido y solo, en un mundo demasiado grosero para comprender la elevación de sus sentimientos.
Larra es la máxima expresión de estos sentimientos.  Y este libro es una recopilación de todos sus artículos, que fueron publicados en sus periódicos, y que son una fuerte crítica a la sociedad española del momento  –aunque bien podría aplicarse a la actual-; critica la hipocresía, a la gente que intenta aparentar lo que no es. Critica y satiriza el tradicional hombre castellano, la pasividad y vaguería  que siente el español por trabajar y todo lo que para él implicaba un grave atraso para su país. Su crítica era constructiva, ya que intentaba alimentar el progreso y el esfuerzo de sus conciudadanos para mejorar su país.

viernes, 2 de julio de 2010

"El caminante y su sombra", de Friedrich Nietzsche



Es necesario comentar, antes de adentrarnos en este libro, el rechazo que provocó su anterior obra "Humano demasiado humano" pues Nietzsche se desprendía de todo lo que había defendido anteriormente- desde el romanticismo wagneriano, pasando por el antirracionalismo y hasta la metafísica nihilista de Schopenhauer- para acabar decantandose por un racionalismo escéptico y la adopción de una actitud crítica que hizo del autor un heredero de la filosofía de la Ilustración. 

Humano demasiado humano es la liberación de todo tipo de trascendentalismo y el testimonio de una nueva forma de vida: el filósofo errante que, según Nietzsche, es la unica forma de conseguir la verdadera libertad del pensamiento. "El que quiere llegar a cierta medida a la libertad de la razón no tiene derecho, durante cierto tiempo, a sentirse sobre la tierra otra cosa que un viajero   (...) no puede ligar fuertemente su corazón a nada particular: es preciso que haya siempre en él algo del viajero que encuentra su placer en el cambio y en el paisaje."

El caminante y su sombra pretender ser -en palabras de su autor- una doctrina de la salud y una disciplina voluntaria. Nietzsche rechazaba la actitud de quienes se hacían las víctimas y mostraban su debilidad. Hemos de recordar que Nietzsche, durante aquel tiempo, sufría una grave enfermedad que acabó con él el 25 de agosto de 1900 y que por ello afirmaba que "...quien lleva al papel lo que "sufre" es un autor triste; pero se convierte en un autor serio cuando nos dice lo que "ha sufrido" y por qué en el presente le consuela la alegría." Como podemos comprobar, Nietzsche se aferra tanto a la vida como al optimismo vital, entre otras cosas para no darle gusto a quienes desearían verle mal.

Esta obra tan solo es un diálogo consigo mismo, con su sombra, sobre largos paseos en el bosque y en las montañas. El caminante conversa con la sombra y su intensa soledad acaba haciéndole ver fantasmas. La sombra representa la oyente de los pensamientos del filósofo, el otro lado del yo que nos hace darnos cuenta que nuestros pensamientos están en constante lucha y movimiento.

La sombra. -Hace mucho tiempo que no te oigo hablar; quiero ofrecerte la oportunidad de que lo hagas.

El caminante. - ¿Quién es? ¿Dónde hablan? Me parece que me oigo hablar, aunque con una voz más debil que la mía.

 
En definitiva: El caminante y su sombra tan solo es la inquietud por la superación de los prejuicios morales, relgiosos y metafísicos para la completa liberación del hombre y la ruptura con las cadenas que le mantienen atado. De este modo abundan las reflexiones sobre lo absurdo del remordimiento y el sentimiento de venganza que se esconde tras la condena moral de los actos ajenos, la fuerte crítica nietzscheana al cristianismo se hace de nuevo visible para desembocar todo ello a un fuerte alegato a la razón y a la libertad del pensamiento desatado de toda cadena física, personal y moral.