Madrid, 24 nov (EFE).- La escritora Ana María Matute ha hecho de la literatura su forma de estar en el mundo, y hoy, por fin, vio recompensada su trayectoria con el Premio Cervantes por una obra extensa y fecunda que se mueve entre el realismo y "la proyección a lo fantástico" y por poseer "un mundo y un lenguaje propios".
Matute, académica de la Lengua y genial novelista y cuentista, se convierte así en la tercera mujer que gana este premio, que en sus 35 años de trayectoria solo había distinguido hasta ahora a la ensayista María Zambrano (1988) y a la poeta Dulce María Loynaz (1992).
Tras repasar la biografía de Matute, jalonada de "títulos clásicos de la literatura española", la ministra manifestó la admiración que profesa a Matute, una escritora "con un mundo propio y un lenguaje propio", y, según dijo, así se lo transmitió a la ganadora cuando habló esta tarde con ella para comunicarle el fallo.
La ministra admira también a la autora de "Paraíso inhabitado" por su trayectoria "vital", por "esa firme voluntad" de ser narradora que tuvo desde niña, "por mantener esa vocación contra viento y marea y haber hecho de la literatura un medio de vida".
"Quizá las mujeres de mi generación hemos tenido más fácil dedicarnos a la creación de lo que ellas lo tuvieron". Matute "es un ejemplo maravilloso para todas las mujeres que nos dedicamos a la cultura", afirmó la ministra, de 45 años y cineasta de profesión.
Juan Marsé admira a la ganadora "por muchas razones y no solo literarias, sino de orden vital".
Y es que la vida de Ana María Matute no ha sido fácil. Como le sucedió a tantos otros escritores de su generación, la Guerra Civil impidió un desarrollo normal de su adolescencia y juventud. Luego, en 1963, se separó de su primer marido, el escritor Eugenio de Goicoechea, al que ella llamaba sin rodeos "el malo", y le quitaron durante años la custodia de su hijo.
Marsé aludió además a otro elemento clave en la obra de la novelista catalana: "el bosque", esa palabra "tan importante" para ella y una de sus grandes obsesiones literarias, como ella misma dijo en 1998 en su discurso de ingreso en la Real Academia Española, uno de los más hermosos que se han escuchado en esa institución.
"El bosque es para mí el mundo de la imaginación, de la fantasía, del ensueño, pero también de la propia literatura y, a fin de cuentas, de la palabra", afirmaba en aquella ocasión esta escritora, "predestinada a la literatura desde niña".
De todas las facetas desarrolladas por Matute, el presidente del jurado, Gregorio Salvador, académico de la Lengua, se centró en la producción de literatura infantil y juvenil de la escritora, "una autora verdaderamente genial y que tiene un público fiel en esas edades".
El jurado realizó seis votaciones antes de emitir su fallo por mayoría. Como cada año, hubo otros candidatos, y, según diversas fuentes consultadas por EFE, el escritor Antonio Muñoz Molina quedó finalista en esta edición del Cervantes.
"Se ha discutido, se ha hablado de unos y de otros, pero el ambiente apuntaba claramente a Ana María Matute, fundamentalmente porque hay que procurar que la gente reciba a tiempo los premios que se merece", señaló Salvador.
Al ser preguntada por el hecho de que solo hayan sido premiadas tres mujeres con el Cervantes, la ministra dejó claro que, en materia de premios, "los jurados son absolutamente autónomos" y subrayó que, "independientemente de cuestiones de género, Ana María Matute se merece este premio por la calidad de su obra y por ninguna otra consideración".
El jurado estuvo formado también por José Eduardo Arellano, Fernando Galván, Luz Elena Gutiérrez de Velasco, Juana Salabert, Esther Tusquets, María Luisa Ciriza, Salvador del Río y Aldo Rufinato.
El escritor mexicano José Emilio Pacheco, galardonado en 2009, no pudo viajar a España por motivo de salud.
Esther Tusquets estaba "muy feliz" por el fallo del jurado, y no ocultaba que Matute era su candidata predilecta.
"Absolutamente feliz" se mostró también Juana Salabert, para quien el premio se le había dado a Matute "por una obra inmensa, deslumbrante, llena de fuerza, de personajes poderosísimos y por obras maestras como 'Paraíso inhabitado', que es bellísima", dijo a Efe.
"Ella es una artista de las letras y de la vida", aseguró Salabert.
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